Una niña de pelo rojo y su padre pasean por el campo, esta salta, corre y grita al cielo. Luego se lanza a los brazos de su papá y con una mirada que no admite discusión alguna le pide que la haga volar. El hombre, que no puede resistirse a la mirada de ternura de su niña accede, y con un sencillo hechizo de levitación la mueve por el aire haciéndola subir y bajar mientras la niña no para de reír; confiada en que por muy alto que suba su padre siempre estará allí para recogerla. Cuando empieza a anochecer el hombre la sube a caballito y juntos se van hacía su casa en las orillas del rio Pontar, donde tras cenar la pone a dormir tras contarle una de sus innumerables aventuras de juventud, esas que tanto le gusta escuchar a su pequeña.
Una chica de pelo rojo y su padre están delante de las puertas de Aretuza, la muchacha de 12 años tiene miedo de empezar su adiestramiento como hechicera y aun así quiere hacer sentirse orgulloso a su padre. El hombre se arrodilla, y con una mirada llena de preocupación, le pregunta a su hija si de verdad quiere hacer esto. Tras un largo intercambio de miradas la chica se traga sus miedos, y tras abrazar a su padre y darle un beso en la mejilla, le dice que no tiene de que preocuparse. Aquella noche ella llora en su habitación hasta quedarse dormida, experiencia que se repetirá en los días venideros hasta que aprende a guardarse sus sentimientos y a soportar el duro entrenamiento de Aretuza.
Una joven de pelo rojo está arrodillada delante de su padre, el hombre con la mirada llena de orgullo le pone la túnica de hechicera después de que esta se haya graduado de Aretuza como la mejor hechicera de su promoción. Tras acabar la ceremonia padre e hija se funden en un largo abrazo, tras lo cual, ambos asisten a un gran banquete para conmemorar la graduación. Esa noche la moza de pelo sangre conoce a la que será su mejor amiga, al igual que a un joven hechicero con quien perderá su virginidad.
Una mujer de pelo rojo está sola en medio de una gran batalla, ella está herida a causa de un hechizo que le ha dejado una monstruosa quemadura en el pecho e intenta arrastrarse por el suelo para ponerse a salvo. Mientras esto sucede su mejor amiga intenta socorrerla pero antes de poder llegar hasta ella es cegada por un hechizo cayendo al suelo sin poder ver. Cuando todo parecía perdido el padre aparece y se interpone entre los hechizos enemigos y su hija, consiguiendo repeler los ataques y hasta eliminar a algunos hechiceros. Sin embargo, ni el mago más poderoso del mundo es capaz de repeler la cantidad ingente de hechizos dirigidos hacia él y su hija y tras un esfuerzo heroico termina por caer al suelo herido de muerte. Con sus últimas fuerzas el mago se arrastra hacía donde se encuentra su niña y trata de cubrirla con su cuerpo, sin embargo dicha acción es inútil ya. En la lejanía se escuchan los cuernos enemigos y sus tropas comienzan a retirarse, el Norte ha vencido al fin. Mientras todo esto pasa el padre mira por última vez a su pequeña, y mostrándole una sonrisa triste, le acaricia la mejilla y le lanza un "te quiero" antes de cerrar los ojos y morir en sus brazos. La mujer, con el cuerpo manchado con la sangre de su padre, pasa los siguientes instantes abrazada a su cadáver mientras sus ojos se van llenando de lágrimas y de su garganta salen gritos de dolor.
Una hija destrozada se encuentra delante de la pira funeraria de su padre. Mientras las llamas convierten en cenizas al hombre al que más había amado, el resto de hechiceros la mira con desdén al observar que unas tímidas lágrimas caen por sus mejillas. "Las hechiceras no lloran" le habían repetido tantas veces su maestra Tissaia de Vries. Sin embargo, en aquellos momentos mientras el resto de los hechiceros poco a poco se iban yendo del lugar, solo ella permanece a su lado observando como las llamas extinguen los restos de quien fue alguna vez su gran amor de juventud. Las dos hechiceras permanecen allí hasta que en la oscuridad de la noche las últimas ascuas de la pira se apagan al fin.
El hombre que fue quemado aquella noche se llamaba Philippe Eric Artanas Merigold-Wagner, mago del Capítulo, rector de Ban Ard y a quien tan solo le quedaban 7 días para cumplir los 250 años. Por otro lado, la hija que encendió la pira funeraria de tan celebre mago era Triss Merigold, una joven hechicera quien apenas hacía un mes que había cumplido los 50.
(El relato pertenece a Sergi Valverde Sánchez, lo podéis encontrar en Twitter aquí: @Sergivalsan). Además podéis encontrarle en su blog y su página de Wattpad:
Y la imagen está sacada de este foro: https://forums.cdprojektred.com/index.php?threads/triss-merigold-all-spoilers.51936/page-242
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